Qué pronto te fuiste viejo, tanto que hasta soy más grande que vos. Sé que seguís al lado nuestro, lo presiento al recordarte cada día. Mis saludos al despertar y al acostarme son un ritual que me niego a abandonar. Como ves, tu huella es y seguirá siendo imborrable. Hoy, seguramente, estarás en el pensamiento de los que disfrutaron tu andar, todos aquellos que no volvieron a tener la dicha de abrazar tus nuevos abriles. Fuiste, para quienes te conocimos, ejemplo de hombría de bien y abanderado de la palabra. Gracias por el maravilloso estandarte que supiste contagiarme y que, en tu honor, pretendo emular. Va mi tirón de orejas al infinito y espero, como siempre, me hagas un guiño cuando llegue.
Hugo Accardi
Hola.
ResponderEliminarTe escribe Carlos López, un placer saludarte.
Quería hacerte una propuesta de beneficio mutuo con el blog que manejas , si estas interesado y quieres te informe un poco más sobre dicha propuesta, esperamos una respuesta de tu parte confirmándonos para así poder enviarte toda la información necesaria con respecto a lo mencionado.
Quedo a tu disposición y a la espera.
Puedes contactarme a través de carlosl@iiemd.com o indicarme un email de contacto y con gusto te envío la información.
Saludos cordiales.
Carlos López
Muy bien Hugo, mi Padre se fué hace mucho tiempo, 39 años hace, a los 77 y te digo de corazón sin sensiblerias que a medida que pasaron los años de su partida lo he extrañado cada vez más. Te abrazo a la distancia.
ResponderEliminarExelente Hugo...
ResponderEliminarUn nuevo Abril, ese qué el mundo ha perdido..
Tu padre estoy segura qué ya a leído, tu abril como un abrazo infinito.
Segura que ya te ha enviado ese guiño
ResponderEliminarMuy lindo Hugo!!!
ResponderEliminarBellas tus palabras m hicieron emocionar y recordé a mí querido padre q se fue a los 47 yo en tenia 13 fue muy duro perderlo tan joven ,te mando un gran abrazo amigo
ResponderEliminarExcelente, en el recuerdo
ResponderEliminarLa gente que valora los afectos del pasado tiene buen fundamento en su vida. Nuestros seres queridos, estan un tiempo con nosotros y luego parten pero igual siguen en nuestro corazon y se vuelve mas clara su presencia a medida que nos acercamos a ellos.
ResponderEliminarAnte un padre, uno siempre es pequeño. Él es ese súper héroe que creímos y quisimos, que nunca tendría nada malo, el que no se podía enfermar, el que todo lo podía superar... hasta que de repente la vida nos tira un balde de agua helada y cuando podemos reponernos, él es uno más de los mortales y nos cuesta, hasta quizás nunca, terminamos de asimilar que en esta tierra, su tiempo es finito.
ResponderEliminarTe abrazo con el alma!
Qué lindo,Hugo. Gracias.
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